jueves, 12 de septiembre de 2013

El Salón de Frankfurt desde mi salón

Llevamos tres días disfrutando del Salón de Frankfurt, tres días en donde las marcas lo han dado todo por presentar los modelos que vamos a conducir el mes que viene o aquellos conceptos que marcarán sus tendencias en los próximos años.

Existen dos salones importantes en Europa a los que no se puede faltar. El primero se celebra en Ginebra en el mes de marzo y el segundo en Frankfurt/París (se alternan un año cada uno) en septiembre. Además de estos, no hay que perder de vista las muestras de Detroit (EEUU), Tokio (Japón) y últimamente empieza a crecer el interés por el de Moscú (Rusia). El debate ahora mismo es si sirven para algo, porque o se filtran las novedades días antes del salón o la propia marca las desvela al completo antes de la propia inauguración.

Los salones siempre me los he tomado como el mejor momento para conseguir exclusivas, reportajes más complicados de llevar a cabo y encuentros con altos responsables de marcas con los que no estás en contacto durante el año y que en dos días los tienes a tu disposición y acotados en unos cuantos metros cuadrados. Las relaciones públicas en los salones son básicas, por eso en ocasiones a los profesionales del sector (tanto periodistas como marcas) no les encantan los salones. Supone un esfuerzo conversar con cientos de personas en tan poco tiempo y de tantos temas, pero eso en mi caso nunca ha supuesto un problema, todo lo contrario.

Y luego están los coches, los verdaderos protagonistas. Después de llevar a cabo tanta actividad de contacto siempre reservaba un hueco para analizar las novedades que, aunque había visto en papel, en su mayoría, siempre impresionan cuando las tienes a tu lado. Este año ha sido diferente porque después de diez años sin perderme un salón importante, este lo he vivido desde mi salón y, sinceramente, con nostalgia, pero estoy convencido de que en Ginebra 14' estaré ahí dando guerra o, quién sabe, si en Detroit a principios del año próximo.

He oído muchas veces que los salones se pueden cubrir, profesionalmente hablando, desde la redacción del medio, únicamente por todos los adelantos o filtraciones de las que he hablado antes. Mi respuesta siempre ha sido clara: no. De ninguna manera. Hay que estar ahí, en la pomada para enterarte bien de lo que se cuece, de lo que habla la gente, de hacia dónde va este sector y miles de cosas más que desde la mesa de la oficina o de casa es imposible llegar.

Parece ser que, el próximo Salón de Ginebra vendrá muy pero que muy caliente en cuanto a novedades. Por encima del alemán, ya que al ser en terreno más neutral las marcas germanas no pueden hacer el colosal y habitual despliegue que hacen cuando celebran la muestra en su terreno. Sin embargo ha habido coches no alemanes especialmente llamativos e importantes como el Renault Initiale (futuro Espace), el nuevo SUV de Jaguar C-X17, el Citroën Cactus, el Peugeot 308 R o Nissan X-Trail, infinitamente más bonito y moderno que la anterior generación.

El problema o no, es que las marcas alemanas jugaban en casa y la mayor parte de los focos fueron para  ellas. Posiblemente, la estrella haya sido el espectacular, increíble y revolucionario BMW i8, un coche que parece sacado de una película de ciencia ficción, pero que tiene mucho de ciencia y poco de ficción. Además, me han encantado el Audi Nanuk quattro concept, el elegantísimo Mercedes Clase S Coupé, el Porsche 918 Spyder que ya ha batido el récord de Vuelta Rápida en el mítico Ring, el Opel Monza, un coche con el que la marca pega un salto mortal hacia adelante en todos los sentidos o la gama eléctrico por la que está apostando decididamente Volkswagen.

Los salones del automóvil, un momento único para disfrutar de un concesionario gigante en la palma de tu mano y la posibilidad de sacarle increíble partido profesional si lo que quieres es contar algo diferente a lo que hacen la mayor parte de medios pero eso, claro, implica un gran esfuerzo y que te apasionen los coches, que como el valor en la guerra, desgraciadamente, no se presupone en algunos casos.


miércoles, 28 de agosto de 2013

Vuelta Rápida GT o una reunión de amigos locos por los coches

Hace un año y medio y trasteando por twitter (esa red social que si la utilizas adecuadamente se vuelve en algo imprescindible en el día a día) me encontré con un comentario de un tal Ramón Biosca que me llamó mucho la atención. Sinceramente, no recuerdo el contenido del mismo pero seguro que me hizo mucha gracia. Luego leí su original biografía y me decidí a seguirle. Como, de vez en cuando, hablaba de coches entablamos alguna que otra conversación hasta que me invitó a participar en un programa de radio que él lideraba "hablamos de motor y bueno... vente y verás"... me dijo. 

Por aquél entonces era el director de Auto Bild y me hacía mucha ilusión hablar en un medio que tanto me apasiona como la radio y que tan difícil resulta hacerlo bien. Al comentar mi presencia en el siguiente programa, un iluminado me advirtió que "seguro que solo se hablarán de cifras de ventas, importaciones y exportaciones de automóviles pero lo más importante: ¿Te pagan?" No hizo falta que contestara y aun hoy pienso que el que debería pagar soy yo por encontrarme tan a gusto cada martes hablando con amigos de lo que más nos gusta.

Ramón me advirtió de que la reunión de escaleta sería en la cafetería frente a los estudios de la Cadena Cope. Y allí me dirigí con la incertidumbre de no saber con quién me iba a encontrar... Y allí estaban sin ningún papel sobre la mesa y sí cuatro gintonic Ramón Biosca, Fernando González, Curro Jiménez y Antonio Mesquida. Ramón como buen anfitrión me fue presentando a cada uno de ellos: "Fernando es arquitecto pero lo que realmente le gusta son los coches; Antonio es más importante por lo que calla que por lo que cuenta y no se mueve nada en F1 sin que él lo sepa y Curro es un auténtico experto en motociclismo y motero de pro..." Con Antonio hubo feeling desde el principio y hoy le considero un gran amigo; con Fernando podría estar hablando de coches eternamente y dudo de que haya muchos periodistas de motor con sus conocimientos y en Curro descubrí a una verdadera y autentica gran persona y su locura por las motos italianas.

Y así empezó una relación con un grupo de personas a los que hoy considero mis amigos. Pronto también conocí a Carlos Barazal, una de las voces más autorizadas del mundo de la competición en España. También a Javi Hernández, un periodista de raza que tendría que estar siguiendo el mundial de Moto GP a pie de pista y a Patricia Sánchez gran conocedora de F1. Y, por último, mención a la última incorporación al programa: Antonio Boto del que no es necesaria ninguna presentación y que gracias a él, cada martes, aprendo y río por igual.

Pero, ¿qué es realmente Vuelta Rápida GT? Pues el mejor programa de motor de radio que a día de hoy se hace en España y que se emite en Gestiona Radio. Cada martes, Ramón cumple el sueño que un día tuvo: hacer radio; hacer radio con amigos; hacer radio con amigos hablando de coches y motos de carreras. Y eso es lo que hacemos cada semana, por eso y por mucho más tiene toda mi admiración. 

Y la próxima temporada empieza este martes. ¿Te lo vas a perder? 


martes, 6 de agosto de 2013

¿Se ha macarrizado Mercedes?

Qué bien ha manejado Mercedes esa cuña publicitaria en la que se decía "Algo está pasando en Mercedes" y, efectivamente, algo estaba pasando... y muy gordo. Con el titular de esta nueva entrada me gustaría crear un debate sobre si la marca alemana ha priorizado las ventas para continuar con un estilo que le ha hecho grande y reconocido en el mundo entero. Por otra parte, ese estilo y filosofía puede que también estuviera abocando a la marca de la estrella hacia un callejón sin salida, en donde rivales como Audi o BMW se escaparan definitivamente en el ranking de ventas.

Analizando las últimas novedades que Mercedes ha presentado, es imposible no fijarse y pararse en el nuevo Clase A. Incluso después de haberlo conducido en su momento en exclusiva y luego muchos kilómetros, a día de hoy todavía me quedo mirándolo (y mucho) cada vez que me cruzo con él por la calle. Deja en muy mal lugar al anterior Clase A si es que pretendemos hacer una comparación, aunque son dos coches muy distintos.

Poniendo la oreja en una conversación de coches que se estaba produciendo a mi lado, uno de los que llevaba la voz cantante presumía abiertamente (normal) de haberse hecho con el nuevo Clase A. Os aseguro que no es el prototipo comprador de Mercedes, sino mucho más joven, posiblemente con menor poder adquisitivo y con unas aspiraciones deportivas que otros coches de la marca no tenían hace unos años.

La pregunta es si a Mercedes le interesa ese nuevo público. Es decir, aquél que todavía vive con sus padres que no puede pagarse la hipoteca de una casa pero que sí puede afrontar el préstamo de lo que supone el coche. Evidentemente, a la marca le interesa vender pero, ¿a qué precio? Me pregunto si los compradores "de toda la vida" de Mercedes no querrán que los coches que conducen se identifiquen con este nuevo público y cambien de acera hacia otras marcas premium. Por otra parte, un padre puede estas muy satisfecho con su Clase E y piensa que lo mejor para su hijo es otro Mercedes más pequeño y moderno.

Mi opinión es muy clara: bendita macarrización porque ha transformado al nuevo Clase A en un coche apetecible, no como el anterior y ha abierto el espectro hacia un nuevo cliente que pensaba que los Mercedes solo los conducían los toreros y constructores. Solamente el paso de los años nos aclarará si la decisión que tomó la marca fue correcta o no.

Por otra parte, para los de Stuttgart estos están siendo unos años muy buenos. No debemos rasgarnos la vestiduras si afirmamos que, ahora mismo, la mejor berlina del segmento superior es el Clase S y el deportivo más exclusivo (dejando a un lado a Ferrari) es el SLS. También cuentan con el SUV más avanzado, el Clase M, y con el familiar con la estética más atractiva del panorama, el CLS Shooting Brake y con el nuevo CLA, un coche brillante en casi todos los sentidos. Pero como no todo puede ser perfecto tienen que darle una vuelta ya al SLK y hacer algo con el feo Clase R.

Ya no está pasando algo en Mercedes, ha pasado y tiene pinta de que han dado un salto de calidad. Seguro que las últimas novedades no han gustado en Audi y BMW pero sí al resto del mercado, y eso es lo verdaderamente importante.

lunes, 8 de julio de 2013

La futbolización de la F1

Llevo tiempo queriendo escribir sobre este tema, un asunto que si lo piensas concienzudamente da bastante tristeza. Lo he llamado la "futbolización de la F1" porque supone trasladar el concepto de hincha de un equipo de fútbol a las carreras. En España solo existe Fernando Alonso, no descubro nada nuevo. Hace diez años Montmeló estaba teñida de azul, por los colores de Renault, luego de plata, por los de Mclaren, a continuación de unos horribles naranja, blanco y azul otra vez de Renault y, para acabar de  rojo por Ferrari. Y si mañana Fernando Alonso ficha por Lotus, bienvenido sea el negro.

Es cierto que todos tenemos unos pilotos que nos gustan más por sus dotes al volante, por sus logros conseguidos o por determinadas acciones que quedaron en nuestro recuerdo. Pero, desde antaño, desde cuando en España no se veía la F1 en directo y a las 14,00 de la tarde, lo normal era ser de un equipo. Yo lo reconozco, siempre he sido y seré de Ferarri y me he tragado unos bodrios de escándalo antes de que el gran Michael Schumacher recalara en el equipo.

Ser de Ferrari no me impedía alegrarme como el que más cuando Alonso conquistó sus dos títulos de campeón, pero lo que nunca entendí fue esa animadversión a Hamilton (con insultos racistas de por medio en Montmeló) cuando se le subió a las barbas a nuestro campeón, como tampoco consigo comprender el odio que hay ahora mismo hacia Vettel. Da mucha pena que no consigamos apreciar las virtudes del alemán, de cómo comanda una carrera desde el principio sin cometer errores, de cómo adelanta desde el fondo de la parrilla cuando le ha tocado (pocas) hacerlo, de la consistencia a la hora de calificar a una vuelta, de cómo ha impuesto su condición de líder en el equipo, etc...

Se me abren las carnes cuando leo que Vettel tiene suerte, que nunca se le rompe el coche, que el equipo le favorece en detrimento de Webber, etc. ¿Somos incapaces de reconocer que estamos ante un fuera de serie en toda regla? Pues sí. ¿Y a Alonso? Pues que ojalá que gane, que consiga con un coche inferior acabar con el reinado que lleva imponiendo el alemán. Nada me haría más feliz. Pero lo que no me hace feliz es leer en twitter (ese lugar donde muchos sientan cátedra y dejan volar sus peores instintos) son los insultos que dedicaban ayer tras acabar el GP de Alemania.

Esto no es el fondo sur del Bernabeu, no es el frente atlético del Calderón ni el púlpito de los radicales independentistas del Camp Nou. No. Estos son carreras de coches, donde gana el mejor monoplaza y donde dos manos deciden las décimas. Es bueno que se apoye a Alonso pero con respeto, cordura y mesura hacia el resto, porque estamos creando la cultura del Alonsismo y no del Motorsport. ¿Qué pasará cuando no tengamos un piloto puntero en la parrilla? ¿Lo mismo que en el ciclismo? ¿Cuántos saben ahora quién es Froome?

Si interrumpes una conversación de bar un lunes en la que dos personas hablan sobre las estrategias de elegidas por los equipos, los compuestos de Pirelli o sobre esa apurada de frenada... ¿Pensáis que si les pregunto cómo se llaman los pilotos de Caterham o Marussia lo sabrían? Un día lo voy a intentar...

viernes, 28 de junio de 2013

Un Maserati diésel, ¿están locos?

La proliferación del diésel ha hecho que una marca históricamente asociada a las prestaciones y al lujo como Maserati haya decidido a adoptarlo para que los resultados a final de año reviertan. Lo primero que pensé al ver el nuevo Maserati Ghibli no fue su diseño, las cualidades de su motor, esa caja de cambios de ocho velocidades, el confort de su interior o, incluso, el dichoso motor impulsado por gasóleo, no. Fue: ¿este coche le va a hacer mucha pupa al Quattroporte? Está claro que Maserati sabe que la guerra con las marcas alemanas en el segmento de lujo (Serie 7, Clase S, A8) la tiene perdida, por eso busca con este coche que las ventas den un vuelco total, pero un escalón más abajo.


Marcas como Porsche o Jaguar recibieron el motor diésel con la misma ansiedad que el naufrago divisa un barco. Gracias a la venta de Cayenne o XF, se pueden seguir sacando maravillas como el Jaguar F-Type o mejorar el mítico Porsche 911. Puede que a los fanáticos de la marca les pueda parecer un sacrilegio pero a los dirigentes les preocupan poco los sentimientos de los tifossi porque de lo que se trata es de llegar a fin de mes no justo, sino sobrado. Antes de poder recorrer a bordo del nuevo Maserati Ghibli los 100 metros de la pasarela de Autobello 2013 donde desfiló y conquistó, un responsable de ventas de la marca me aseguró que el diésel supondrá el 80% de las ventas de este coche. Sí, ¡el 80%! es una pasada pero es la realidad...


Dentro de poco cuando Maserati presente las últimas novedades de los Gran Turismo o, en concreto, de MC Stradale podrá haber sido, en parte, por esos compradores que quisieron combinar el llevar un tridente en el morro y pasar poco por la gasolinera. Parece un poco contradictorio que alguien que se gasta 80.000 euros en un coche le importe esto, ¿no? Pues estás equivocado porque también le importa.
En mi TL de Twitter, al subir las primeras fotos del coche a muchos les recordaba a un Hyundai, creo que son comentarios exagerados y con un toque mordaz porque, aunque el Ghibli no es ni de lejos el Maserati más bonito de la historia, sí que tiene en sus rasgos ese ADN propio de la marca.



Muy pocos han tenido la oportunidad de conducirlo por lo que estoy ansioso de leer las críticas pero seguro que el coche tendrá esa doble personalidad o vertiente de todo buen Maserati: un mal bicho cuando hundes el pie en el acelerador mezclado con el mejor compañero de ruta si lo que quieres es hacer kilómetros y kilómetros.

martes, 25 de junio de 2013

Accidente mortal, ¿se debe parar una carrera?

Cada año sigo las 24 Horas de Le Mans con pasión desatada. Cuando era pequeño la película del gran Steve Mcqueen solía estar puesta de fondo en mi casa por la también pasión desatada por los coches que tenía y tiene mi padre. Los últimos tres años (este no, por motivos evidentes) los viví en directo en el circuito y es una experiencia que todo aficionado al motor y a las carreras debe hacer al menos una vez en la vida.

El montaje de Audi en Le Mans es sencillamente espectacular. La inversión que hace la marca para que todo allí sea perfecto es difícil de explicar si no lo ves con tus propios ojos. Peugeot (hasta hace dos años) o Toyota (desde hace dos) también hacen sus esfuerzos pero no como Audi. Todo esto viene al caso por la última tragedia que hemos vivido en el circuito de la Sarthe con el fallecimiento en pista tras accidente del piloto de Aston Martin, Allan Simonsen. ¿Una carrera debe darse por concluida si esto ocurre?

Llevo dándole vueltas a este tema varios días, especialmente la noche del sábado pero una conversación por twitter de esta mañana entre Enrique Trillo, Cristobal Rosaleny, Patricia Sánchez y Borja Sanz me ha decidido a escribir este nuevo post. Te adelanto mi conclusión: Aston Martin debería haber dado por finalizada la carrera y aunque la familia de Simonsen pidió que el equipo no se retirara no puedes pedir, como manager, a un piloto que siga en carrera por motivos obvios y si eres piloto no puedes tener la imprescindible concentración que este circuito requiere para abstraerte y hacer como si nada hubiera pasado.

Me pongo en la piel de un piloto de Aston y cada vez que pasara por el lugar del accidente se me nublaria, como poco, la vista. Puede que mucha gente piense lo contrario que yo y es muy respetable, pero la decisión de Aston debió ser muy clara y directa: "Señores, recogemos y nos vamos de aquí a homenajear de otro modo a Allan". Entre otros motivos porque estás poniendo en juego la seguridad también de otros pilotos que cada vez que se cruzaran con un Aston Martin dudarían de la capacidad de reacción y concentración del piloto que va dentro del coche después de conocer semejante noticia.

Afortunadamente los accidentes mortales, prácticamente, han desaparecido de los circuitos pero un piloto cuando está dentro de un coche de carreras sabe que se está jugando el pellejo y en circuitos como en Nürburgring o Le Mans, más todavía. En todas las entradas o pases de circuito siempre hay una inscripción que lo dice todo: "Motorsport is dangerous".

DEP, Allan.

lunes, 17 de junio de 2013

¿Qué prefieres tecnología o sensaciones al volante?

Estos días he estado en Cascais (Portugal) probando el nuevo Citroën C4 Picasso, un coche que pega no uno sino tres saltos respecto al modelo anterior. Si te soy sincero ningún Picasso ha conseguido enamorarme nunca. No es el prototipo de coche que me compraría aunque eso no quita que no valore sus atributos. De la primera generación una relación calidad-precio, prácticamente, imbatible y por eso el éxito tan grande que tuvo. La segunda generación ya dio mayor importancia a la estética y al equipamiento, mientras que la tercera lo ha dado todo con la tecnología.


En esta nueva entrada en mi blog no pretendo hacer una prueba a fondo del coche porque ni realicé los suficientes kilómetros con él como para hacer una valoración exhaustiva ni tampoco es una rabiosa novedad que no haya salido en todos los medios especializados, con lo que en ambos aspectos iría tarde. Lo que sí que quiero hacer es establecer una discusión sobre la portentosa tecnología que hoy en día los coches equipan y si ésta es o no imprescindible para el día a día.

Cuando me subo al coche y después de haber ajustado asiento, espejos, volante y cinturón de seguridad y haber recorrido los primeros metros, lo primero que hago es encender la radio. Admito que no soy de los talibanes que nunca ponen sistema de audio para escuchar el motor. No altera ninguna parte de mi cuerpo poner la oreja sobre un TDI de VAG o HDI de PSA, por poner un ejemplo. Sí que me ha vuelto loco acelerar a fondo con un V12 italiano en un túnel pero eso es otra historia y una macarrada, por otra parte...


Volviendo a la tecnología, me ha llamado mucho la atención en este viaje que la mayor parte de los que allí estaban: periodistas ingleses, italianos o alemanes, tenían como principal motivación conocer cuánto tardaba su smartphone en conectarse con el coche, entre otras cosas. Me parece muy bien y muy respetable pero si a lo mandos eres un total peligro no sé si antes se habrán descargado una aplicación sobre cómo evitar accidentes.

Hoy en día los coches, sí que evitan o palian golpes segundos antes de que se produzcan o, cuando ya solo queda rezar, que la cosa no vaya a mayores. El C4 Picasso tiene un avisador de cambio involuntario de carril muy eficaz, un detector de presencia en ángulo muerto muy útil, detección de neumáticos poco inflados (el neumático, ese gran desconocido), iluminación estática de intersección o faros bixenón direccionables, control de crucero adaptable que mide la distancia en segundos con el vehículo que va delante, etc... Todo esto está fenomenal y cuanto más mejor, aunque haya que pagarlo porque una vida no tiene precio.


Sin embargo, llama mucho más la atención que el coche tenga una pantalla de 12 pulgadas. He visto películas o eventos deportivos en aparatos de menor tamaño, te lo aseguro y ahora va integrado en un coche. Es tan inmensa esta pantalla que los datos que ofrece como velocímetro, tacómetro o consumo de combustible también están en tamaño XXL. Incluso te da la oportunidad esta "tablet" para cargar fotos al más puro estilo "papá no corras". El C4 Picasso también ofrece la posibilidad de descargarte unas aplicaciones y trasladar tu móvil a él pero, ¿cuánta gente ha leído un correo electrónico, consultado Facebook o mandado un mensaje de texto desde dentro del coche? Te aseguro que si yo lo intento vomito al escribir la primera letra...



De verdad que la tecnología en el automóvil está fenomenal y es un reclamo estupendo para la clientela más joven que es la que tiene que comprar coches pero hasta cierto punto, ¿no? Os aseguro que se puede hacer un Madrid-Barcelona sin los asientos con función de masaje o sin un cojinete que sale del suelo para que estires las piernas... aunque si lo tienes, ¿por qué no vas a aprovecharlo? Pero, en mi opinión, lo que más me gusta es la respuesta del motor, el tacto del cambio, las sensaciones de la dirección, el apoyo en curva, la respuesta de frenada... y no que el maletero se cierre con un botón. Pero, como todo en esta vida, hay y debe haber gente para todo.

jueves, 6 de junio de 2013

Más vale que sobre...

Los coches enormes nunca han sido los que más me han llamado la atención. En mi caso empiezo a fijarme en ellos cuando mis necesidades familiares cambian. De pronto empecé a darme cuenta de que existían los SUV, los monovolúmenes pequeños y grandes, los coches familiares... y eso que llevaba años probándolos y escribiendo sobre ellos. Hay un momento en mi vida en el cual me empiezan a preocupar los maleteros en los que quepan más cosas que mi bolsa de palos de golf.

Un coche grande no tiene porqué ser obligatoriamente feo, es más, entre una berlina y una carrocería Avant, Variant, Wagon (o como diablos las llamen las marca) siempre me quedaré con las segundas. Es increíble el cambio que puede sufrir un mismo coche pasando de una carrocería a otra. Es el caso, por ejemplo, del VW Passat, Opel Insignia, Honda Accord o cualquier Audi... y no es el caso de desprestigiar estas opciones sino simplemente de una opción estética por la que me decanto.



Me hace mucha gracia cuando una marca te explica la filosofía de estos coches en concreto: "con ellos podrás sentir la deportividad al volante sin renunciar a esa vida deportiva que tanto te llena". Vamos, como si todos los días estuviera sacando y metiendo la tabla de surf, las bicicletas o los teledirigidos en lugar de a mis hijos para dejarlos en el colegio.

Pero aquí llego al tema central de este post: los coches enormes. ¿Cuáles son? Hay varios, pero uno que destaca especialmente: el Ssangyong Rodius. Sí, ese monovolúmen con más capacidad que un avión comercial... La primera vez que lo vi pensé: "Dentro caben dos Lotus Elise". ¿Y la estética? Su talón de Aquiles para todo el mundo excepto para sus orgullosos propietarios, aunque seguro que cuando eran más jóvenes no soñaron con un Rodius como su coche de diario. Y no nos engañemos, nadie cuando se pone a filosofar sobre su coche perfecto piensa en este mastodonte. El Rodius te lo compras porque tienes tres hijos o más, no cabes con ellos en ningún lado y tu economía no está como para decirle a tu mujer: ¿Y si tu vas en él y yo me compro un 911?



De todas formas es injusto pensar siempre en la palabra feo cuando del Rodius se trata. Ahora acaban de presentar la nueva generación y la cosa cambia tanto como hacer el camino de Santiago descalzo o con zapatillas. Su frontal ya no parece diseñado por alguien al que los coches le importaban lo mismo que a mi los programas de María Teresa Campos y el frontal ya no es aquél que diseñó el hijo de uno de los del equipo de diseño de Ssangyong. El pilar D ahora se ha convertido en uno de sus principales atractivos, lo mismo que los faros delanteros de nueva factura.



Por dentro, ahora es más grande (no es broma) con lo que la habitabilidad es, de nuevo, su principal fuerte. Detrás pueden viajar cinco personas sin tener que rozarse las piernas, hecho que se convierte en muy incómodo si uno va en pantalón corto o bañador. A los mandos, me siento Gasol (lástima que esta ya no sea su marca, él se lo pierde). Miro a todos desde una altura a la que pocos estamos acostumbrados. Las dimensiones del volante son como que una paella valenciana se queda en mera tapita de bar... Manotear con semejante circunferencia requiere la velocidad de manos de un carterista.
El motor de 155 CV funciona de maravilla (7,5 litros de consumo medio a los 100 km) y su rumorosidad ha descendido de manera alarmante, parece como si hubieran puesto una capa de hormigón sobre el bloque.



En carretera alcanzas velocidad de crucero sin sobresaltos, todo fluye de manera muy suave. En este caso es mejor optar por la caja automática, mucho más progresiva que la manual de seis velocidades que sacó el camionero que llevo oculto en mis bajos fondos. Pero la automática cuenta hasta con pulsadores en el volante o un gatillo por si quieres subir o bajar de marchas desde la palanca de cambios. A la hora de abrir el portón se caen al suelo 875 litros de capacidad, una barbaridad que te permitirá viajar con el aforo completo y las maletas de todos ellos. Y si ya quieres nadar de verdad puedes abatir la tercera fila y hacerte unos largos en los 1.975 litros disponibles. Ssanyong sabe que salvo excepciones, las familias numerosas no van sobradas por lo que pone el Rodius en el mercado a un precio fantástico de 25.280 euros. Además ofrece una serie de descuentos a los que seguro te puedes acoger.

No es el coche de mis sueños, no es lo que le recomendaría un soltero apasionado de las curvas y con alergia a los niños, pero sí a una familia que quiere disfrutar de un coche cómodo, espacioso, a buen precio y con una estética con la que ya no te señalan por la calle. Este coche lo vas a ver mucho por la calle y cada vez más.  

jueves, 30 de mayo de 2013

El principio de mi principio


Con este post nace una necesidad que he ido alimentando desde los 12 años cuando decidí 100x100 que quería ser periodista: escribir, pero no solo escribir por escribir sino escribir de coches. 
Muchas veces he oído hablar del pánico de enfrentarse a un folio en blanco (en este caso pantalla), pero por suerte nunca he sentido esa sensación porque cada vez que me ponía frente al teclado tenía muy claro lo que quería contar. 
Mi vida en las dos últimas semanas ha dado un vuelto espectacular. Siempre he conseguido lo que me he propuesto y he ido quemando etapas en donde los obstáculos que encontraban otras personas yo los sorteaba como “cuento de risa”: estudiar periodismo, trabajar en una revista de coches, dirigirla… pero de pronto ¡ZAS! un golpetazo de realidad te baja de la nube y ese trabajo con el que siempre soñaste se termina. 
¿Qué se siente en ese momento? Un vacío muy grande. Debe ser como cuando pierdes a un ser querido. Has estado todos los días con él, viéndolo crecer, riendo y sufriendo a su lado y, de pronto, se marcha. En este caso, menos mal, no muere sino que sigue otro camino. ¿Y qué pasa con tu vida? Pues que también sigue otro camino. ¿Mejor? No lo sé. A día de hoy todo es una incógnita, una montaña rusa de sensaciones en las que, de pronto, ves claro una dirección y en segundos todo cambia por una llamada de teléfono. 
Encontrar algo como lo que tenía es imposible. Es como las personas: no existen dos iguales. Ahora trato de volver a meter mi cabecita en un mundo que me apasiona, un mundo que controlo, un mundo en el que todavía me queda mucho por recorrer y en donde espero que todavía exista un hueco. 
La vida da muchas vueltas y sé que aún me queda mucho por crecer, aprender, disfrutar, trabajar y pelear porque eso es lo que he hecho siempre: pelear. Desde luego es más fácil con todos los apoyos que estoy recibiendo que sé que no es lo habitual cuando alguien se queda sin trabajo. Eso significa que he sembrado bien a lo largo de mi carrera y que me ayudará en muchas facetas de mi vida. 
Pero este es un blog para hablar de lo que más nos gusta: ¡los coches! Los pequeños, los grandes, los utilitarios, los SUV, los de carreras, los bonitos, los feos… ¡Todos! Porque, aunque he probado todas las novedades de los últimos 10 años, me gustan de todos los tipos. Es una enfermedad que no tiene cura. Y precisamente con este blog quiero seguir con esa pasión que nunca acabará. Bueno, sí… pero espero que sea dentro de muchísimos años. ¿Te subes a este coche conmigo?